miércoles, 18 de marzo de 2015

Excursión a Roussillon y Lacoste

¡Buenos días!

Hoy os voy a hablar de la excursión que hice ayer con dos amigas, asistentes de inglés y alemán en el mismo instituto que yo. Todo fue muy espontáneo, el lunes por la noche decidimos que al día siguiente cogeríamos el coche e iríamos a un pueblecito llamado Roussillon, en el departamento de Vaucluse, en la Costa Azul (Francia).


Rousillon es un pueblo bastante pequeño, de unos 1300 habitantes. Pero es conocido por albergar el “Sentier des Ocres” (Sendero de los Ocres), un sendero rocoso próximo al pueblo en el que tanto el camino como las rocas y montañas son de un color rojizo/marrón/amarillo, aunque se pueden encontrar zonas más verdosas, e incluso de otros colores. Hay hasta 17 matices de ocre. Es muy muy curioso. A mí me recuerda al Gran Cañón. ¿A vosotros no?







Aquí, aunque cueste un poco verlo, el color del ocre es más verdoso.


Se pueden hacer dos tipos de recorridos: el amarillo (más cortito) y el rojo (el doble de largo). Yo os recomiendo que hagáis el rojo, porque aunque en la guía pone que se tarda una hora, nosotras lo hicimos en menos tiempo, parando para hacer fotos y todo. Y así podréis ver todo el recorrido. Aunque es mejor llevar calzado deportivo, no es que sea una excursión a la montaña, no hay que ir tan equipado.

Con el buen día que nos hizo, decidimos aprovecharlo e ir a visitar otro pueblecito cercano. Esta zona es muy bonita, llena de pueblecitos pequeños con encanto, carreteras estrechas, campos de lavanda… Así pues, nos dirigimos hacia un pueblo llamado Lacoste, que nos habían recomendado.

Es un pueblo bastante más pequeño que Roussillon, pero también con cierto encanto. Todas las calles y casas son de piedra, estando allí te da la sensación de no haber avanzado en el tiempo. En la parte más alta hay un castillo, pero cuando fuimos estaba cerrado. Aun así, ¡desde allí había unas vistas geniales!



¡Mirad a quién nos encontramos! Jajaja




¡Pasamos un día de 10! Nos encantó todo lo que vimos y tuvimos suerte porque el tiempo fue genial. Descubrimos una zona de la Provenza que no conocíamos. Supongo que al no estar tan cerca de la costa, esta zona pasa más desapercibida. Si alguna vez hacéis un viajecito por la Costa Azul, aunque tengáis que alejaros un poquito de la zona costera, ¡os recomiendo que visitéis esta zona y, sobre todo, estos dos pueblos!

¡Un besito!


Irene

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